Precio de las emisiones

Mapa de los países del mundo por sus emisiones de dióxido de carbono

El precio de emitir gases de efecto invernadero (que suele abreviarse con la expresión precio del carbono, debido a que el dióxido de carbono es el principal de estos gases) es una herramienta económica destinada a integrar (internalizar) en los precios de mercado los costes ocultos (externalidades) de los daños causados por las emisiones de estos gases,[1]​ con el fin de orientar las decisiones de los agentes económicos hacia soluciones de bajas emisiones.

La forma más simple, estable y predecible de conseguir un precio del carbono que sirva para reducir las emisiones es un impuesto sobre el carbono, del valor adecuado; una forma más compleja, elegida a menudo por razones políticas, es el sistema de bonos de carbono (o derechos de emisión) que pueden intercambiarse en un mercado del carbono. El Protocolo de Kioto había apostado decididamente por este sistema, pero los resultados han sido insatisfactorios, incluso contraproducentes, por la caída del precio del carbono.

En el marco de la preparación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2015 (COP21 por sus siglas en inglés), numerosas iniciativas han promovido estrategias basadas en la idea de fijar un precio a la tonelada emitida de dióxido de carbono (CO2) equivalente, con modalidades lo suficientemente flexibles para conciliar la claridad de la señal, la aceptación política y la diversidad de las situaciones.

  1. Carbajo, Alberto (7 de marzo de 2019). «El coste del C02 para la industria». El País (Madrid, España). Consultado el 11 de marzo de 2019. 

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